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Lugar del agua

África del Este es uno de los lugares más secos de la Tierra, lo cual hace que «Nairobi» sea un nombre tan significativo para una ciudad de esa región. El término proviene de una frase en masai, que quiere decir «agua fría», y que literalmente significa «el lugar del agua».

Amor verdadero

Hace unos años, a la madre de una amiga mía le diagnosticaron la enfermedad de Alzheimer. Desde entonces, Isabel se ha visto obligada a tomar decisiones difíciles sobre su cuidado, y a menudo se le rompe el corazón al ver que su vibrante y divertida mamá va perdiéndose lentamente. Durante el proceso, mi amiga ha aprendido que el amor verdadero no siempre es fácil ni conveniente.

Plagio espiritual

Cuando enseño redacción, exijo que los alumnos escriban durante la clase. Sé que la composición que elaboran en el aula es obra de ellos, lo cual me permite familiarizarme con las particularidades de la expresión escrita de cada uno y detectar si «toman prestadas» demasiadas improntas de otro autor. Los alumnos se sorprenden al descubrir que su voz escrita (que incluye lo que redactan y cómo lo hacen) es tan distintiva como su voz física. Tal como las palabras que decimos proceden del corazón, lo mismo sucede con lo que escribimos: revela quiénes somos.

¿Qué hora es?

El antiguo adagio es verdad: ¡El tiempo lo es todo! Por eso, me intriga tanto la declaración de Pablo: «Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo…» (Gálatas 4:4).

Cartas vivientes

En noviembre de 1963, el mismo día en que el presidente John F. Kennedy fue asesinado, murió otro líder: Clive Staples Lewis. Este erudito de Oxford, convertido del ateísmo al cristianismo, fue un prolífico escritor. De su pluma surgieron libros sobre temas intelectuales, ciencia ficción, fantasías infantiles y mucho más, con un poderoso mensaje cristiano, los cuales Dios ha utilizado para la salvación de muchos, incluidos un político y un científico ganador del premio Nobel.

Cubiertos

Hoy hace 50 años, el asesinato del presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy dejó pasmado al mundo entero. El día después de que le dispararon, un artículo del periódico londinense The Times habló de las repercusiones del hecho en los mercados financieros en todo el planeta. Se titulaba: «Todos los otros eventos quedaron relegados por la tragedia en los Estados Unidos».

Ese nombre

Nuestra nietita Maggie y su familia habían vuelto a su casa en Missouri, después de visitarnos en Grand Rapids, Michigan, en Estados Unidos. Su mamá nos contó que durante algunos días, después de haber regresado, Maggie caminaba por la casa repitiendo alegremente: «¡Michigan! ¡Michigan!».

Interés genuino

La primera noche del campamento para familias, el director comunicó el programa de la semana. Cuando terminó, preguntó si alguien quería decir algo. Una joven se puso de pie e hizo un conmovedor pedido de ayuda. Habló de su hermanito (un niño con necesidades especiales) y el desafío que implicaba cuidarlo. La familia estaba agotada, y nos pidió a todos que ayudáramos a cuidarlo durante la semana. Fue un pedido motivado por un interés genuino por su hermano y sus padres. A medida que pasaba la semana, era maravilloso ver cómo todos ayudaban a esta familia.

Compañero de viaje

Hace poco, miré la lista de quienes se habían graduado conmigo en el seminario y descubrí que muchos de mis amigos ya habían muerto. Fue un aleccionador recordatorio de la brevedad de la vida. Alrededor de los 70, años más años menos, ya no estamos (Salmo 90:10). El poeta israelita tenía razón: Aquí solamente somos forasteros y advenedizos (39:12).

Bienvenido de regreso

Santi decidió seguir a Cristo a los diez años. Quince años después, su compromiso se había desvanecido. Había adoptado una filosofía de vivir solamente el momento y desarrollado malos hábitos. Al cabo de un tiempo, todo parecía caerse a pedazos: tuvo problemas en el trabajo y tres miembros de su familia murieron casi simultáneamente. Temores y dudas comenzaron a invadir a Santi, y nada parecía ayudar… hasta que un día, leyó el Salmo 121:2: «Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra». Estas palabras penetraron el temor y la confusión de su corazón. Recurrió a Dios en busca de ayuda, y el Señor lo recibió con agrado.